¿Cuando fue la última vez que te frustraste con Dios?
Cuando fue la última vez que te frustraste con Dios y desilusionado preguntaste a Dios dónde está en esta situación difícil ?
La Biblia nos cuenta la historia de María, Marta y Lázaro. Tres amigos muy buenos. En cierta ocasión Lázaro se enferma y mandan a llamar a Jesús pero Jesús espero dos días para ir y llegó hasta cuatro días después de que Lázaro había muerto.
Me puedo imaginar la frustración y el dolor que Marta sentía de ver que Jesús no llegó a tiempo y no hizo lo que todos esperaban de El.
La Biblia nos indica que Jesús quería mucho a sus amigos, es decir, a Maria, a Marta, y a Lázaro. Si sabes esta historia, seguro que sabrás también que Jesús resucitó a Lázaro.
Dos puntos principales de esta historia como recordatorio para nosotros:
- Dios nunca llega tarde.
- Solo porque estás en la sala de espera no significa que tu Padre Celestial no está trabajando dentro de la sala de operación.
Aunque no ves, y no sientes no significa que Dios no esta obrando en tu situación o en tu causa.
Probablemente estés desilusionado y herido, pero esto no significa que un milagro no está en camino en tu vida. Recuerda que Jesús les dijo a sus tres amigos que si creen verán la gloria de Dios.
Y con esta pequeña historia, quiero contarte un capítulo de mi vida por el cual pasé y vi la gloria de Dios.
A los ocho años llegué a España y a los pocos meses me empecé a encontrar muy mal. No quería ver la luz, no comía, no podía hablar sino que solo dormía y no me quería levantar de la cama. Mi mamá me llevó a urgencias tres veces y en mi mente pensé que Dios no me ayuda y que no está conmigo. Mis padres se frustraban porque los médicos no me encontraban nada y cada vez empeoraba más y más mi situación…
La tercera vez, es decir, el tercer día, me llevo otra vez a la urgencias y por fin encontremos un médico que se dió cuenta de lo que me pasaba.
Me encontraron una pequeña mancha en el cerebro.
Al principio pensaron que era un tumor y me operaron de urgencia haciendome una craneotomía.
Los médicos les dijeron a mis padres, que de esa situación no me iba a salvar, y que ellos harán todo lo posible.
Tras seis horas de operación, salió el médico y le dijo a mis padres que todo había salido bien.
Con el tiempo me recupere y vi como Dios me pasó por ciertas circunstancias para poder ver su gracia y su amor.
Hoy en día estoy bien y sin ninguna consecuencia a raíz de esa cirugía.
Si tú pasas por circunstancias negativas y adversas, recuerda siempre que Cristo lo que promete cumple igual que a sus tres amigos, y si quieres ver su gloria, no dudes en confiar que El estará siempre a tu lado.